Practicando el Pensamiento Exponencial

En entradas pasadas hablamos del Pensamiento Exponencial, un marco de referencia que involucra metodologías y estilos de pensamiento que permite llegar a impactar a miles o millones. Y es un modelo que las empresas y personas que han causado disrupción la han empleado. ¿Cómo podemos comenzar a practicarlo?

Primero, ¿por qué enfocamos la atención en empresas que han causado disrupción en un mercado? Porque son aquellas que han escrito las nuevas reglas del juego, desde cómo deberían ser las cosas, hasta la forma en que se transacciona. Y así han surgido modelos basados en una plataforma, en una confianza irrefutable en el cliente, en un modelo de apalancamiento de activos y en modelos democráticos que permiten a muchos agentes económicos crear un mercado. Y estas empresas han crecido de forma exponencial, alcanzando un capital que con otro enfoque hubiera tomado más de 50 años hacerlo, y ellas lo han hecho en tres.

Si deseas comenzar a practicarlo y luego llevarlo a tu empresa u organización, lo primero que hay que hacer es cambiar nuestro marco mental y en consecuencia la forma en que vemos e interpretamos al mundo. Una de las herramientas iniciales que ocupamos en Disruptive Labs son las 6 D del Pensamiento Exponencial, un concepto promovido por Peter Diamandis. Nosotros hemos agregado una séptima D, por la experiencia y trayectoria que hemos observado en el uso y aplicación de la tecnología, que lleva convertirnos en exponencial.

Estas D son: digitalización, etapa deceptiva, disrupción, desmaterialización, desmonetización, democratización y, una séptima D, descentralización.

Esta es una herramienta nemotécnica que nos ayudará a evaluar y ver al mundo con otros ojos, los ojos de la mentalidad exponencial. Decimos que es la herramienta inicial porque el primer paso es cambiar cómo vemos nuestro entorno.

La primera D, digitalizar, marca el comienzo de cualquier idea, proyecto, empresa y organización que quiera tener un impacto exponencial. ¿Qué es digitalizar? Es trasladar un elemento físico a un lenguaje que pueda ser interpretado por una máquina, típicamente a un lenguaje binario. Lejos de tecnicismos, veamos algunos ejemplos, una fotografía de papel, pasó a ser un archivo. Así también la música, de una cinta magnética pasó a un archivo. Una carta de papel, pasó a ser un archivo. Inclusive el genoma humano, pasó a ser un archivo.

¿Qué se puede hacer cuando algo está digitalizado? Prácticamente lo que sea. La característica más valorada es su ubicuidad. Así podemos tenerlo en cualquier parte, solo tenemos que tener algo que nos ayude a interpretarlo, hoy en día, el instrumento por excelencia es un teléfono inteligente.

Es momento de reflexionar sobre cómo aprovechamos la tecnología en nuestro entorno, y verla verdaderamente como una herramienta que nos ayuda a expandir nuestros límites y no sólo como un vehículo de comodidad. ¿Lo estamos haciendo en nuestra idea, proyecto, empresa u organización?

Y una pregunta anterior, si nuestros procesos y actividades clave en nuestra empresa u organización se pueden incorporar a esta línea de progreso tecnológico exponencial, comenzando por la digitalización.

Luego, sigue trabajar con el marco mental de las personas, para que el progreso no se detenga y se incorpore esta búsqueda del cambio y la adaptación en el ADN de la empresa u organización.

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Colaboración elaborada por el equipo de redacción de Disruptive Labs.

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