Innovación y gestión social en la quinta ola.

Los esfuerzos de recuperación impulsados desde diversos sectores tanto en la iniciativa privada como en el sector público han tenido el común denominador de la escasez de diversos insumos para atender los requerimientos de los procesos productivos, sociales y económicos, por tanto, la necesidad de instrumentar nuevos mecanismos para superar los desafíos que imponen los entornos de inestabilidad e incertidumbre. En este punto, la innovación y la gestión social son factores fundamentales en la implementación de estrategias que lleven a las empresas, organizaciones e instituciones públicas a superar de manera más rápida y efectiva el complicado panorama actual. Básicamente, la innovación es la capacidad de modificar elementos ya existentes o la creación de nuevos elementos. Aporta valor al brindar un horizonte de posibilidades, delimitando el problema y construyendo a la par su solución. La gestión social, por su parte, implica ese proceso por el cual los integrantes de una organización se apropian e identifican con el objetivo común de preservar su unidad, sobre la base de una cultura organizacional armónica, acceso a incentivos de protección social como las pensiones o las facilidades ante contingencias laborales o incluso personales, favoreciendo la productividad, el compromiso y la capacidad de respuesta, altamente valorado en temporadas críticas.

Disruptive Labs

México ocupa el lugar 55 de 132 economías según el Índice Mundial de Innovación 2021, de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), donde Suiza, Suecia, Estados Unidos, Reino Unido y República de Corea están a la cabeza. La medición pone a la vista una serie de datos que ilustran la capacidad de innovación y producción de una economía, para que tomadores de decisiones en gobierno, empresas y otros ámbitos cuenten con un referente en la elaboración de políticas que permitan a los miembros de las instituciones u organizaciones inventar y crear más eficientemente. Entre los factores de éxito destaca la continuidad en el financiamiento a los programas de fomento a la innovación. Las empresas y gobiernos que mantuvieron inversiones en este rubro observaron un menor impacto en la pandemia que quienes no lo hicieron.

La inversión en innovación va de la mano con la gestión social. La protección social de los trabajadores es un incentivo vital de la estabilidad laboral, la productividad y la medida contra los costos de la rotación laboral. En América Latina la cobertura del sistema de pensiones solo alcanza al 45% de la población económicamente activa. En nuestro país la cobertura es de 34% de trabajadores afiliados al IMSS. Es importante buscar a toda costa mantener y promover la formalidad para tener un mayor número de afiliados. La población derechohabiente puede contar con más beneficios sociales que la no pertenencia al sistema. Por ejemplo, debido a la quinta ola de contagios, el 7 de julio de este año se activó el “Permiso Covid 19 versión 4.0”. Se trata de una herramienta para tramitar la incapacidad en línea en caso de haberse contagiado, poder ausentarse por cinco días y recibir un subsidio del 60% del salario registrado en el IMSS durante los días 4 y 5 de incapacidad. Se espera que la recuperación sea más ágil y los trabajadores puedan reincorporarse a sus actividades en condiciones óptimas para retomar con toda energía ese proceso productivo, deseablemente innovador, agregador de valor y mayor compromiso con la empresa o institución a que pertenece.

Colaboración realizada por Mónica Miguel Cárdenas y equipo Revolución 5.0 de Disruptive Labs. Si quieres conocer más al respecto, contáctanos al correo contact@disruptivelabs.mx o a nuestras redes @DisruptiveLabs, ¡con gusto te leemos!